domingo, junio 14, 2009

La última de mis vidas

Estos días calurosos y húmedos me recuerdan mis días en el puerto... todas las tardes después del café salía a pasear a London por la playa, era un perro muy viejo, pero enérgico; le gustaba correr detrás de las pelotas de los niños que ahí jugaban, él las mordía y muchas veces tenía problemas con los padres de los niños... Ay London, te extraño tanto!
London vivió conmigo 14 años, con él pasé los mejores momentos de mi vida... Yo tenía 52 años y era gerente general del "Río de Luna" un restaurant mamoncillo que estaba en la zona centro del puerto, ahí llegaba toda la gente vanidosa y turistas pendejos que no tenían ni puta idea de donde meterse... el último de mis días como gerente general en el Río de Luna fue uno de los más memorables en mi vida: Era el 15 de abril de 1992, mi mujer Amanda de 39 años me había abandonado por un brasileño de 45, esa mañana simplemente me dijo: -Es todo, me voy- se levantó de la mesa y me dejó solo desayunando, ni siquiera partió el pan... no pude detenerla, ella tenía determinación, así que me quede sentado mirándola partir. Cuando terminé el desayuno me bañé y me vestí para ir hacia el trabajo.
Fue un miércoles de la mierda, justo al entrar pude advertir la presencia del gobernador que iba con su amante y tres de sus empleados, no me dio tiempo siquiera de llegar al vestidor a dejar mi chaleco, dejé mis cosas en el vestíbulo y me acerqué para atenderlos personalmente... fue una escena muy incomoda, la amante resultó ser Delilah una sureña maravillosa en la cama, al verme quiso evitarme y agachó la mirada, el gobernador se dio cuenta y preguntó que de donde nos conocíamos, cómo sí el imbécil no lo supiera... el resto de la tarde fué espantoso, hubo gente molesta, yo estaba consternado por la partida de Amanda y por temor a Delilah quien pudo escaparse un momento para reclamar mi partida: -ya no tengo dinero- le dije, amenazó con pedirle al gobernador que me quitaran el empleo... fué mucha presión, así que el cantinero, mi buen amigo Ramón me ofreció un tequila para tranquilizarme, sólo que me excedí de la copa y me tomé toda una botella... es mejor no decir que terminaron por echarme de mi empleo.
Ebrio y con desilución por la vida, decidí caminar sin rumbo a un costado de la playa, esperaba armarme de valor y adentrarme en el mar con la esperanza de que me tragara para no saber más de esta puta vida... conforme iba avanzando me acercaba cada vez más a la orilla, la brisa era más dolorosa a cada paso... creo que no pensaba en nada específico... el sol se había ido y mi miopía más la luz de la luna hacían que no pudiera distinguir absolutamente nada en el camino, así que no pude darme cuenta de que había un cachorro echado en la arena, pude advertirlo hasta que le pisé la cola y él grito como desgraciado, me asustó tanto que quise patearlo, pinche perro... sólo hice el intento de correrlo de mi camino, pero el muy ládino no hizo más que guardar la cola entre las patas y seguirme, no quería arrastrarlo conmigo a la misería, pero él no sabía de esas cosas...
Esa noche la pasé en la playa, creo que antes del amanecer me quedé dormido. Cuando desperté el perrito estaba echado junto a mi, quise levantarme sin despertarlo para huir, pero mi intento fue inútil, me siguió todo el camino, yo quería que se quedara en la playa, pero él ya estaba muy aferrado y para ser esta la única vez que algo se interesaba en mi, no pude negarme a aceptarlo... después de todo mi vida se había ido a la mierda en sólo un día, ya no tenía mujer ni empleo y menos amigos, así que pensé que una buena compañía no estaba de más. También pude satisfacer mi deseo reprimido de la infancia de crecer con un perro... sólo que ahora me haría viejo con él. Al pasar unos metros pude darme cuenta de que el perro cojeaba, al acercarme ví que tenía un gran pedazo de vidrio enterrado en la pata, era de cerveza London, lo supe porque sólo ellos hacen el envase de color morado... lo llevé al veterinario y muy pronto se recuperó, cómo no tenía nombre decidí llamarlo London.
London fué un buen compañero, él me ayudaba a conseguir favores sexuales... bueno no es que él lo hiciera directamente, es que me ayudaba a ganar aprecio de parte de las damas, todas tienen esa cosa rara en su organismo que les hace querer proteger al desvalido, y yo siendo un hombre de 52 que fué abandonado por su mujer y que perdió su empleo el mismo día era un claro ejemplo... pude enredarme con muchas de ellas, London siempre fué premiado por eso.
Un día, London no quiso salir conmigo, estaba enfermo... el veterinario dijo que padecía un mal incurable, un osteosarcoma dijo, cáncer!!! ... ese día después de 14 años, realmente sentí que era miserable, estaba a punto de perder lo mejor que había en mi vida... ni la puta de Amanda me dolió-
Cuando London se fue no pude permanecer más en ese lugar, la playa era triste sin él, las mujeres ya no se interesaban en mi y no tenía a nadie más en el puerto, así que decidí vender mis bienes y mudarme a la ciudad.
No me siento tranquilo viviéndo acá, todo es ruido, basura y degeneración... los perros no son buenos de este lado, nadie me da trabajo y mi vida cada día se va al carajo... ahora lo único que me queda es salir sólo a caminar a intentar encontrar una señal que me indique el camino que debo seguir... soy casi un viejo y no tengo un destino. Odio estos días calurosos de la ciudad, me hacen recordar a London y no puedo controlar mis sentimientos de soledad, la vida era buena con él... Estos aires calurosos y húmedos me hacen desear no estar aquí....
*** De pronto el viejo cruza la calle, no se da cuenta que una ambulancia corre a toda prisa... el final mejor no lo cuento. Siempre he deseado que exista un paraíso en donde todos los seres puedan encontrarse y que el viejo esté con London... yo quiero volver con mi Leticia, la extraño mucho, fué muy importante en mi vida y no creo que nunca ni Romina, Nacho y Pepe juntos puedan hacer que deje de necesitarla.... ya me puse triste : ( extraño a mi piuch!!!
Hoy pensé en ella, bueno todos los días, pero hoy necesitaba abrazarla y besar su pechito... han pasado casi 4 años y sigue doliéndome... tengo cansancio amigo y un poco de lágrimas en los ojos... por hoy es todo, gracias por escucharme querido blogito mío... good night, now it's time to go home

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