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La calle era fea y sucia, las banquetas por poco y no existen, una bola de pelos corría a un lado mío, estilo pelicula del desierto; el cielo era gris y hacía mucho frío. - Corre, porque sino no llegaré- me dije a mi misma mientras caminaba más rápido. Las nubes se juntaron sobre mi cabeza y comenzó a llover y pues para ayudar tuve que llorar, tenía mucha prisa y mis pasos eran lentos, eso me desesperaba mucho, mis brazos eran pesados y llenos de dolor, mi rostro era flaco, muy flaco, seco y frío... la siguiente esquina estaba cerca y estaba a pocos pasos de cruzar la calle. El tiempo se detuvo, el silencio llegó y el cielo se tornó negro, cuando crucé la calle la gente desapareció, sólo escuchaba sus voces y sentía su presencia, pero no los veía... no había nadie.

Cuando llegué a mi casa estaba sola y fría, sólo escuchaba a mi hermano que preguntaba por mi: - aquí estoy, se me hizo un poco tarde, pero ya estoy contigo.- le dije, pero me ignoró completamente, pensé que estaba enojado conmigo por mi tardanza, a lo lejos escuché la voz de mi madre quien decía: - seguramente había tráfico o tuvo mucho trabajo, no te preocupes, llámale- busqué en ese cuarto a mi madre, pero no la ví y le grité, pero no me contestó. Salí al patio y mi hermano estaba marcando a mi celular: - Ya llegué, vámonos- le dije, él se asustó y dejó caer el teléfono, se pusó muy pálido como sí hubiera visto a un fantasma : - ¿Qué te pasa?, me asustas- él me tocó el rostro y se pellizco un brazo: - ¿ Quién te hizo esto?- me preguntó asustado - ¿De que hablas?- él me miraba de arriba hacia abajo y me tocaba, se miró en la ventana y me miró, estaba asustado y no dejaba de mirarme, también me asustó y corrí al baño a mirarme, pero no tenía nada. Mi rostro era exactamente igual al de siempre, sólo tenía los ojos un poco más rojos de los normal, tal vez era por el cansancio pero era normal.

Cuando salí, mi hermano estaba con mi mamá y cuando me vió dijo: - Mira, ahí viene- y me señaló, me acerqué y besé a mi madre - Llegué un poco tarde porque había una multitud en la esquina que no me dejaba pasar- le dije, ella se quedó muy quieta y le dijo a mi hermano que estaba loco, no entendí porque dijo eso y me fuí. Mi hermano me alcanzó y me dijo: - ¿Qué no te das cuenta?- lo miré extrañada - ¿De qué?- pregunté, él me tomó de los hombros y me sentó frente a la televisión - Ya viste el sexto sentido?- me preguntó, me levanté y dije: -no mames, la hemos visto miles de veces- él prendió la televisión y me dejó viendo esa pelicula, cuando terminó él volvió con mi madre y dijo: - Estás muerta Jacqueline, ¿qué fue lo que te pasó?- me reí mucho, era una broma muy tonta... Espera un segundo, ¿en donde están?, ¿por qué no los veo?, ME VOLVÍ CIEGA!!!! - No hermana, ya no perteneces aquí, vete- dijo tristemente mi hermano; ¿qué me pasa?, ya no entiendo nada.

Ahora entiendo, aquello en la calle no fue un sueño... todo fue verdad. Cuando iba cruzando la calle sentí un fuerte viento que me jalaba hacía él, me detuve y miré al cielo que en ese momento era limpio y azul, cuando miré nuevamente a la calle ví el rostro asustado de un hombre que no freno su auto, sólo sentí un golpecito y ya, después me encontraba ya del otro lado de la calle y pasó lo que ya conté. Estoy muerta, que mal.