lunes, agosto 31, 2009

el hubiera no existe

-Despierta, despierta, despierta.... despierta, despierta, despierta!!!- gritaba incesantemente el puto despertador, con apenas un ojo abierto me he dado cuenta que el primer tono de alarma había pasado y que llevaba 5 minutos de retraso para ir al trabajo; Al levantarme he visto que el "compañero" de abajo también había despertado jaja... creo que soño con Gladis la cajera.
Como pude entré en la ducha, el agua tibia me hacía sentir tan bien que me centre en los recuerdos de ayer... cuando me dí cuenta estaba frotándome muy fuerte y como era tarde ya, decidí que otros 5 minutos de retraso no me harían daño, así que comencé a darme placer.
Muy aprisa he desayunado café frío del día anterior, con la taza en la mano corría por todo el departamento buscando las llaves, el saco, el portafolios, las hojas del proyecto... al salir ví a Lucila, mi vecina de enfrente quien salía a correr, se detuvo a saludarme y con la prisa que tenía!!! me aguanté sólo porque está buenísima la vieja y espero pronto poder cogermela. Después de 5 minutos más se despidió y cada uno seguímos nuestro camino. El tránsito fue fluido hasta unas cuadras antes de llegar al trabajo, frente a mi estaba un puto microbús estacionado entre dos carriles y yo con unas ganas de bajarme a partirle la madre al pendejo... de pronto una camioneta que estaba detrás empezó a pitarme para que me hiciera a un lado, en cuestión de segundos mi mente elaboró un plan en el que yo me quedaba estacionado, le cedía el paso al idiota de atrás quien chocaría con el bus y asunto arreglado, tendría así un pretexto para justificar mi retraso y aquellos dos idiotas se golpearían entre sí y yo me evitaba la pena de bajar de mi auto... y así fue, sólo que no salió como quise: el microbus se quedó ahí frenado impidiéndole la vista al otro conductor quien imprudentemente dió vuelta a toda prisa por el carril equivocado, una pequeña familia cruzaba por la calle y en segundos quedaron embarrados en el pavimento, incluyendo al perro... el microbusero arrancó a toda marcha y se fue del lugar, el conductor de la camioneta también se dio a la fuga y yo me quedé como pendejo estacionado con los sentimientos de culpa... sí tan sólo me hubiera despertado 5 minutos antes, sí no hubiera soñado con  Gladis, sí no me hubiera masturbado en la ducha, sí no me hubiera quedado a contemplarle las tetas a Lucila, sí no hubiera cedido el paso... sí no fuera un pendejo, tal vez nada hubiera pasado.  

2 comentarios:

Gota de tinta dijo...

que historia tan horrible!!!! pero tan cierta tambien, como las cosas cambian por unos pequeños detalles...

a veces es mejor no provocar nada y tener paciencia, muuuuuuucha paciencia en esta ciudad a veces odiosa y llena de gente mas odiosa.
te mando muchos besos, tqmmmmmmmmmmmmm

L.C. dijo...

Muy buen relato...como la vida misma. Un beso