domingo, octubre 11, 2009

Eli lloraba

Ayer ví triste a Eli llorando mientras quitaba una a una las cintas que sostenían la venoclísis que mantenida hidratada y nutrida a una perrita (que no recuerdo como se llamaba),  Eli no lloraba por quitar cintas, lloraba por el fracaso médico, lloraba porque le había tocado hacer algo de lo que está en contra: Quitar la vida.

Eli, igual que yo, pasó más de 5 años en la escuela estudiando células, reacciones químicas, anatomía, fisiología, virología, bacteriología, parasitología, farmacología, laboratorio de análisis clínicos, terapeútica y un montononononal más de materias que al final de la carrera nos servirían para integrar todos los conocimientos adquiridos para poder comprender  el proceso fisiológico anormal de la enfermedad , poder diagnósticar y al final del cuento dar un tratamiento; Eli no estudió 5 años todas esas pendejadas y nombres en latín para cargar una jeringa de 20 ml con una sustancia (a base de potasio) que terminara con la vida de un animal. Sin embargo, fue lo mejor, la perrita tenía una severísima insuficiencia renal (muerte dolorosa segura) y eutanasiarla -en mi humilde opinión- fue lo mejor.

Pero hay muchísimos casos en donde los putos dueños llegan pidiendo que nosotros les asesinemos a su mascota, que se encuentra sana y que sólo porque los pendejos no quieren hacerse responsables buscan la salida fácil. Ni Eli ni yo estudiamos para quitar vidas, estamos aquí para tratar en lo máximo de preservarla.

He visto tantas cosas tan espantosas en tan poco tiempo  y lo peor del caso es que sí los dueños hubieran acudido antes a buscar ayuda, hubieran podido evitar mucho del sufrimiento de sus mascotas, es una pena.

Hace sueño, nos vemos en otra ocasión amiguito. Un beso

2 comentarios:

Francisco Palacios dijo...

Es muy triste que pasen ese tipo de cosas por la irresponsabilidad de la gente. Muchos creen que tener un animal en casa es comparable con tener un objeto, un bien inmueble. Y la solución sencilla es, como bien dices, deshacerse de ellos. Hace poco tuve problemas con Heisen, perrito que nos acompaña en casa desde hace seis años; resulta que padece del sistema nervioso central (el médico veterinario diagnosticó que probablemente vivía muy estresado, me confieso culpable de sólo haberlo sacado los fines de semana)y esto se hizo muy evidente al sufrir un ataque parecido a una convulsión (al parecer es complicado diagnosticar epilepsia). Ante tal situación me he visto en la necesidad de levantarme una hora antes de lo acostumbrado e irnos a correr al parque todos los días, además de un tratamiento de vitamina B y un ansiolítico natural basado en el té verde con el cual el perro ha reaccionado muy bien, está mucho mas calmado. Te lo comento solo para reafirmar tu comentario sobre cómo podemos actuar antes de que las cosas empeoren y tomar conciencia sobre que la mejor forma de evitar cualquier situación de peligro es previniéndola.
Saludos y disculpa la extención.

jacqueline dijo...

Nada de disculpas, muchas gracias por comentar, ojalá que muchos fueran como tú y aceptaran que la han cagado e hicieran algo por solucionarlo. Saludos