Aquel día lloraba por la madrugada intentándo encontrar la causa de mis males, lloraba por la mañana al no haber encontrado nada más que porquería, iba camino a la escuela tarde como siempre... no llegué a la clase de la vieja gorda sin amor y por tanto me metí en problemas, digo que no me importa, pero en realidad si. Más tarde una extraña me dice que estoy mal y tiene razón, me entristece que ella sea la única que ha podido ver aquello horrible dentro de mí y que por lo tanto sea la única en ofrecer ayuda... lloro más, ¡cómo sí fuera a remediar las cosas!... quiero distraerme y le pido a luz que vaya conmigo a la casa, ella quería que maría estuviera con nosotras, pero no sabía que ella ya nos esperaba paciente, guardada en su burbuja mágica de plástico, no quería perder su esencia...

Todos llegan y somos felices, las cosas de la vida se quedan detrás de la puerta; maría me mira y me llama hacía ella, yo fiel, la sigo... nos toma entre sus brazos y susurra palabras de alivio, luz rie y yo la sigo, bailá y se libera; yo miro a maría pálida y quieta, no está feliz teniéndonos a las dos juntas, se pone celosa y me llama sólo para ella... sus etéreas manos me jalan, me tira en la cama y se apodera totalmente de mi, soy su esclava. Ya no pienso, ya no coordino.

En el techo las formas se juntan y juegan, una mirada me sigue, una mano me toca. Las caras se acercan, las miro detenidamente y ellas a mi... mi mamá está aquí conmigo... la miro y no controlo las ganas de llorar, ella es lo mejor del mundo y no merece que yo sea así... mi mamita sigue ahí, luz dice:- los extrañas, por eso estás así- sí la extraño y más que eso siento que no he sido lo que ella quiere o merece, perdón mamita!!!

Perdón, sólo quería contar lo bien que algunas veces es estar con maría, pero el estar sin ella me hace entender otras cosas y ahora mismo lloro, lo siento no es buen momento.