sábado, julio 01, 2006

no hay que llorar.

Con la primera vez tuve suficiente, llegué a aquel lugar en donde las esperanzas han sido arrancadas de todos sus huéspedes, te ví cuando no eras tú y deseabas que la vida se fuera. Después con la segunda, no quisé verte porque sabía que volverías y porque fuí egoísta y no quisé sufrir... un día llaman y dicen alarmadas tus hermanas que ibas a irte, yo no quisé creer, pero por dentro tenía presente la posibilidad.
Cuando llegué te ví acostado y cansado, pero no como ellas decían; está vez tenía la certeza de que volverías o tal vez no y por eso fuí...
Ayer mientras celebraba no sé qué en un bar me llamaron y me avisaron que sí te fuiste, hiciste bien, por eso no me duele.
Hoy la última vez que te ví fue nuevamente acostado y sonriendo, sólo que está vez estabas muerto.
Hoy no he llorado y tampoco lo haré mañana o tal vez si, ya no sé. Cuando se llora por una pérdida es de dolor, pero en este caso no se debe de llorar porque él ha tenido lo que quizo, él ha muerto con dignidad, pocas personas la tienen en vida y aún menos cuando mueren... no hay más que decir, me pongo de pie para honrar a mi querido tío pepe.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que descanse...
pos eso queria no?
besos nena