la loca.

Buscaba entre las cajas aquellos momentos que sé que me hicieron feliz... abría una caja y encontraba llanto; abría otra y encontraba desgracía... la loca me miraba y se burlaba de mi, yo lloraba y gritaba, mi cara estaba desgarrada ya por los rasguños que ella me había hecho... mis manos estabas agrietadas, mi corazón podrido y expuesto... mis ojos secos y en cambio ella vuelta loca, pero era hermosa, su cabello negro y raro, su cuerpo era delgado, su piel quemada y los ojos negros... eso era yo, ella me había robado la existencia.

-acercate, no te voy a comer- decía sarcasticamente la puta loca y se reía, gritaba y decía que quería mi sangre... mi sangre!, eso era lo único mío que aún me quedaba... pasaba las noches triste esperando algún día recuperar aquello que era mío, esperaba recuperar esa felicidad que me robo la cosa esa que ahora pretendía ser yo.

No dormía, ni comía... ¿ya para qué?!, ella gritaba y nunca cerraba esa maldita boca... comía carne humana, sobre todo niños y de postre lamía el piso lleno de hongos, bebía sangre de otros, excepto la mía... tal vez por eso estaba tan bien nutrida y llena de fuerzas para joderme... ¡YO NO HICE NADA!, no merezco estar aquí atada a ella... ¡SOY BUENA!, saquénme por favor, simplemente ya no puedo.

La loca grita y no se calla... la loca me mira y aún quiere comerme... esa puta loca me ha robado la vida, mis ilusiones y todo lo bueno que había en mi, pero lo que ella no sabe es que sé que guarda mis tesoros bajo sus faldas, un día cuando pueda, correré hasta su lado y la mataré, le arrancaré los vestidos y le clavaré este vidrio que tengo en las manos, le voy a sacar los ojos y los aventaré a la nada... voy a cortar su piel y se la daré al perro que nos vigila... pero sí todo falla me envenenaré el cuerpo para que muera cuando me esté comiendo... quiero que sufra la perra, que se le descompongan los intestinos... quiero que se queme y que grite, pero esta vez que sea de dolor... quiero que la loca se muera y con ella yo.