sábado, junio 17, 2006

Hoy sentí un piquete en el brazo izquierdo, tal como lo tenía aquella mujer con el corazón triste y seco y un brazo picado. Miré a todos lados intentando encontrarla, salí un momento a buscarla en el árbol en donde siempre la pensaba. Cuando me senté los pájaros volaron huyendo de mi, excepto uno de ellos, era una gran urraca que tenía una de sus alas lastimada, me levanté para tocarla, pero se asustó y brincoteó en una rama, -tranquila, no te haré dañó- le dije, la urraca me miró y se acercó a mi, la bajé de la rama y la pose en mis piernas, ella dijo: - tú no me das miedo, más bien me das lástima- la aventé a un lado, y no por miedo sino por enojo, ¡cómo se atreve!. Sonrió y volvió a posarse en mi, -es verdad, me das lástima- insistía la condenada. No dije más y seguí en mi espera acompañada por aquella urraca que pronto se quedó dormida.
Miraba el cielo y le pedía que me devolviera a esa mujer o que me llevara al infinito con ella. Cuando se hizo más tarde tomé al ave y la desperté:- es tarde y tengo que irme, espero que te mejores- le dije, la volví a poner en la rama en donde estaba originalmente, brincoteo y ahí se quedó... yo me alejé.
Volví a mi clase y puse mucha atención hasta que una chica comenzó a gritar histéricamente: -quiténmelo, quiténmelo!!!- la miré y con sorpresa ví que aquello que quería que le quitaran era nada más y nada menos que nuestra amiga con plumas negras quien picaba violentamente su cabeza: -déjala!- le grite, la urraca se fue hasta una esquina, todo el´grupo se alborotó cuando el ave voló sobre sus cabezas y salieron huyendo de ahí, únicamente me quede, -¿por qué hiciste eso?- le pregunté, ella sólo me miraba y no decía nada, voló y se posó nuevamente en una de mis piernas; mis compañeros al no escuchar más ruido creyeron que se había ido y volvieron al salón y cuando la gorda víbora vió que la urraca estaba tranquila conmigo, volvió a gritar como desesperada: -bruja!!!- y me señalaba con horror, la urraca volvió a picarle la cabeza, tomé mis cosas y salí corriendo de ahí, el ave se fue conmigo, corrí y ella voló hasta el mismo árbol en donde nos habíamos encontrado y dijo: -me das lástima, sigues siendo la misma tonta que un día conocí- la apreté del cuello y con molestía pregunté:- ¿a qué te refieres?, idiota!- la muy tonta picó mi mano y la solté, con un tono de tristeza dijo: - no has aprendido nada- y se fue. Me quedé toda la noche sentada en el árbol intentando entender aquello que me dijo.
Ya es de día y estoy cansada, yo creo que mejor me voy.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

mmmmmmmmmmm?
por que peleas con urracas?...brujaaaa!!!!!!

yo quiero una

Kaleidoscopico dijo...

Yo creo que las urracas no saben lo que dicen y el piquete? que fue ese piquete? y la mujer En realidad era mujer? o era "mujer".

JACQUEL (antes wrutuu88uu) dijo...

pos tú: en la escuela hay muchas preciosa, sólo agarrála. Te quiero.

kaleidoscopico: que bien que vuelves, se te extrañaba... no entiendo eso de mujer o mujer???

gota: la habías leído un día que estabas de metiche con mis cositas. te quiero también,.