el viernes (adios yhonue)

Quise besarte en cada momento amor, quise decirte cuanto te quiero... ¿pero qué hice?, sólo reírme como estúpida cada que acertabas en algo de mi... ¡cómo no, si me conoces tan bien!... sí pudiera regresar el tiempo, volvería al viernes y te diría todo lo que no... o aún mejor, sí pudiera regresar el tiempo, volvería al día en que te dije esas cosas horribles, volvería al día en que te perdí...

El viernes a cada instante quería besarte, quería sacar de mi boca miles de palabras para ti; todas ellas brincoteaban en mi boca, pasaban de canino a incisivo, de molar a premolar, se metían entre los espacios de mis dientes para no tocar a la lengua y que ella las expulsara, gran error... no sé sí te escuchaba, sólo miraba fascinada tu boca (que alguna vez fue mía), sólo imaginaba que te besaba... NUNCA MÁS TE VERÉ, así que todo quedará en mi (nuestra) imaginación.

Todo fue bueno, escucharte y discutir como antes, mirarte, contemplar tus dulces ojitos... hablar y abrazarte (cuando lo hice no quería soltarte, pero algo hizo que así fuera), lo horrible fueron tus palabras de despedida: -haz feliz a un hombre-, ¿cómo fuiste capaz de decir eso?, al único hombre que me interesa hacer feliz se va, al único hombre que alguna vez hice feliz ya nunca podrá serlo conmigo, que poca madre tienes amor!, no sabes lo mal que me hiciste sentir, quería bajar del transporte para decirte lo anterior, para besarte... para decirte lo mucho que te amo.

Ahora te vas, y tal vez nunca vuelvas... sólo quiero pedirte que no te olvides de mi... escríbeme y dime que me amas aunque me torture (aunque no lo hagas me torturaré), escríbeme y dime que eres feliz... también quiero pedirte que cambies las cosas que piensas (que pienso de ti), no eres nada de eso... nunca lo fuiste, al contrario, siempre fuiste lo máximo para mi... lo único. GRACIAS amor, por haberme hecho la mujer más feliz de este mundo... adios... adios... adios yhonue... adios para siempre... adios! (ja!, es como la barca de oro). UN BESO!