Tengo heridas que sangran, yo las provocó... tú las hiciste y me he dado a la ardua tarea de mantenerlas abiertas porque son los recuerdos bellos de nosotros que tengo... Como cuando escuché tu voz tras una puerta verde, lo bueno que estaba el encuerado que vi cuando te conocí, el regalo de cumpleaños... cuando todo se derrumbó, hoy cuando no contestaste, el día que ví mi departamento justo arriba de ti...
Te amo y creo que nunca estuviste consciente, aún sigues ignorándolo... pero debo de agradecerle a dios, la vida o a nuestra amiga porque por lo menos se que aún sigo viva, el dolor me hace saberlo...
Yo no voy a ser quien termine con esto.
1 comentario:
También es el dolor quien me recuerda que sigo con vida.
No te conozco, pero sí te entiendo.
Julieta
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