En la tarde tomé un camino distinto para el destino final... la verdad iba un poco distraida e inconforme con la vida como siempre, el camión iba lleno y apestaba a domingo a las 3:00 pm, los audífonos no funcionaban bien. Unos kilometros después una gorda rosada se bajó y dejó libre un asiento pegado a la ventana, lo tomé sin dudar... es mi lugar preferido, acomodé todo para pasarla chevere mientras el viaje duraba.
Miraba pasar la vida por la ventana: autos van, autos vienen... payasos se transportan, payasos caminan, gente aquí, perros allá, en fin todo común tan común como un domingo después de las 3:00 pm. En un crucero el semáforo hizo que el camión se detuviera, una muchacha que agitaba los brazos llamó mi atención, hablaba con muchos policias y señalaba hacia una glorieta parecía un poco indignada, mi séptimo sentido enseguida se alertó y comenzó a mirar a los alrededores buscando el coche chocado o algo así y nada, pensé: -tal vez le robaron algo y está denunciándo- pues no, nada que le habían robado, cuando el camión avanzó y se pusó junto a la joven pude ver que lo que señalaba era el cuerpo sin vida de un hombre, junto a él estaban dos cobijas sucias una roja y otra verde, una botella de citrus punch a medias... quedó tirado boca abajo con el rostro hacia la pared, un périto tomaba apuntes sobre los hechos, todos los policias excepto 2 se fueron, la joven se quedó y el camión avanzó.
No pude dejar de pensar en ese hombre, sin nombre... Roberto, Juan, José, Anacleto, cuál era su maldito nombre a quién le importó... alguién se preguntará por él, alguien llorará por él... pobre, yo no quiero una vida sin una historia que contar, no quiero morir sin ser conocida... QEPD
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