"El último día que lo ví me ha dicho que su dolor se minimizaría por engrandecer sus otros amores y sugirió que hiciera lo mismo. Suena muy bonito, claro, como para ser el reportaje especial de alguna frívola revista para gente descerebrada.  Y luego se ha dado mediavuelta y se marchó, dejándome parada enmedio del bosque que un día fue el de mis sueños, convirtiéndose después en un espacio solitario lleno de peligros.

No he sabido nada de él desde entonces, han pasado ya casi 15 años... y aún me entran las ansias por llamarlo, por saber sí continua con el mismo número, sí ha cambiado el tono de su piel, me interesa saber sí aún me ama. Yo, he pasado este tiempo preguntándome sí hice bien al liberarlo, recreando finales alternativos de esa última vez, imaginando... sólo eso.

Y bueno, después de todo esto ha sido mi culpa y tendré que cargar con la cruz de mis reproches".

Y tras finalizar su breve monólogo, la mujer con el vestido rojo me echo una mirada y volvió sobre sí misma para perderse en el infinito de un callejón sucio y oscuro que daba a ninguna parte, pobre... dicen que se volvió loca de amor.