sábado, enero 09, 2010

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.... y ahí estaba ella, con su horrible y rídiculo sombrero que apenas  le dejaba mirar por debajo de esas plumas negras; sólo su boca quedaba libre para permitirme admirarla mientras sus dientes oprimian su delicioso labio inferior. Hoy me enamoré.



3 comentarios:

JACQUEL (antes wrutuu88uu) dijo...

¡Oh Señor Lucena!, usted me ha sonrojado, gracias por su amable comentario. Besos y abrazos

Psi-Lab dijo...

Siempre he dicho que uno de los hitos más importantes de la vida de los seres humanos es la comunión, la congruencia, ser correspondido. Para mí lo más interesante de la historia no es que vió un rostro, si no un rostro que quería enamorar a un enamorado.

Francisco Palacios dijo...

Sigue poniendo fotos. Sigue siendo así de guapa. Sigue haciendo largas mis noches.