Esperar no es lo mío, pero he tenido un sueño de esos que dicen son proféticos en el que he sido avisada que el día de hoy algo maravilloso pasará... desde las 6:00 a.m estoy esperando.
Todas mis actividades las he realizado muy aprisa; cuando salí del baño me dí cuenta que no me enjuague el cabello... y cosas por el estilo.
Hace tiempo mi suegra me dio una receta magnifica de un adobo que preparó con carne de cerdo y hoy como mi mente no tenía tiempo de pensar en que hacer de comer decidí prepararlo... todo iba de acuerdo al plan, hasta que vi que la licuadora no estaba y cómo me encabroné!!!, en fin me las he ingeniado para moler todo. A cada momento miraba insistente el reloj, sentía mariposas revoloteando en mi estómago... cada vez era más intensa y molesta la sensación, PUTA MADRE!! no se me pasa, la hora se acercaba y parecía que nada extraordinario pasaría.
Cuando terminé de preparar la carne vi que no había hecho nada de guarnición ni ensalada... ni madres, era casi hora de todos vinieran hambrientos y no quise arriesgarme a perder mi brazo así que me apresuré a preparar una pasta... habían pasado algo así como 10 minutos y tuve que revisar cómo iba el proceso de cocción, me acerqué a la estufa y destapé la olla que humeaba y justo cuando pretendía meter la cuchara sonó el teléfono... mi corazón latía como imbécil, pensé que está vez sí perforaría mi pecho: - Buenas tardes señorita, somos representantes del partido verde...- hijos de su puta madre, diplomáticamente colgué y seguí con lo mío... esta vez los segundos eran como de plomo, tardaban mucho y nada pasaba... la pasta estaba avisándome que era momento de retirarla del fuego... no la había probado y sinceramente no recordaba haberle puesto sal así que antes de tirarle el agua destapé la olla y metí la cuchara, saqué un poco y mi mano como de anciana con Parkinson hizo que la pasta saliera volando por el aire y un pedacito muy astuto se metió entre mi blusa... la puerta anunciaba que mi sorpresa había llegado, Dios mio!!! la emoción me corría por la sangre, tanto así que olvide que un pedazo de masa cocida estaba quemándome una teta, corrí a abrirla y tras ella estaba una caja gigante con un moño rojo y una nota que decía "Especialmente para ti".... uuuhhh!!! que maravilla, jalé el listón sin titubear y tras caer la primera de las paredes de la caja pude ver a un hombre disfrazado de decente, detrás de él venían más trajes: el de modesto, el buena onda, el "sí mi cielo, lo que quieras", el perverso y seductor... me sentí una vez más como una niña. Como pude lo metí a mi casa y me puse a jugar, olvide que la pasta caliente seguía quemándome la teta... le puse todos los trajes para ver cual de todos me gustaba más, resulta que ninguno.. así que decidí combinarlos y algo mejor resultó, sin embargo cuando quise cambiarle los calzones tristemente descubrí que era un hombre más... igual al resto, decepcionada decidí guardarlo en su caja y ponerlo al correo para devolverlo... ojalá que me hagan un reembolso.
Después de la emoción y rápida desilusión me acordé de la teta que estaba muy caliente y punzaba, ya comenzaba a oler a carne cocida mmm, que rico!!!, me quité la pasta y pude ver un gran agujero, tenía una quemadura de segundo grado... que horror, ahora debo de ir al médico a que me traten y todo por una pendejada.
2 comentarios:
Vaya cuento fantástico, me gusta.
L.C.: Gracias por la visita.. que amable.
Saludos
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