Hace hambre... y ya es muy noche, el señor del pan no pasa, se habrá volteado con su camioneta???- pensaba mientras su estómago vacío se comía a sí mismo. Jaló la cortina para mirar hacía la calle, sus esperanzas de volver a ver al señor del pan eran muchas... nunca llegó.
Salió a la calle y estaba más sola de lo que alguna vez la había visto... todo era normal hasta ese momento, de pronto las nubes se juntaron sobre su cabeza, parecía una conspiración en su contra, la lluvía comenzó y nunca paró. Cada paso eran mil gotas más y su hambre ni se diga; el cielo era gris con ligeros destellos de luz, el vapor subía del asfalto y todo parecía ser una noche normal... igual a otras noches lluviosas de hambre. Una gotita corrió por su boca, era tibia y salada, toco su rostro y se limpió, al ver su mano tenía sangre.
Una mujer camino junto con ella, por un momento sus instantes se cruzaron ambas pudieron sentir la miseria de la otra... no se miraron, no hablaron ni pensaron sólo sintieron. En el cielo se había pintado una franja morada... tal vez la aurora boreal, tal vez un pincelazo. Parecía que tenía un destino, pero realmente sólo caminaba intentando olvidar que el dolor de cabeza no se le había quitado y tratando de no relacionarlo con la sangre, sabía que sí pensaba llegaría a una fatal conclusión... ya no era hambre, era miedo de la realidad.
Se detuvo en una tienda, estuvo apunto de traicionar al señor del pan, pero su consciencia la detuvo, compró leche y nada más... volvió a la calle y parecía aún más tenebrosa, una melodía fúnebre salió de algún lugar... su corazón se aceleró y sus pensamientos volvieron a su salud, sabía que no podía volver y que sí dormía nunca más despertaría.
Temerosa por lo que podía pasarle en la calle decidió volver a su porquería de casa, sí iba a morir entre la mierda prefería que fuera la suya... prendió la tv y habló un rato con maría, quién tiernamente la abrazaba y consolaba, quería morir en ese mismo instánte, quería terminar su vida en ese momento tan perfecto, tan bueno en sí mismo... su alma se tranquilizó y por fin pudo dormir, no se preocupó de nada, sólo cerró los ojos... no hubo nada más.
Al despertar se dió cuenta de que todo era producto de su retorcida mente, que nunca estuvo en la calle con hambre y miedo, que nunca padecío por su salud... descubrió que nunca vivió y que había sido producto del pensamiento de otra persona... yo.
2 comentarios:
Hace sueño....
tus historias siempre me hacen imaginar. y me dan miedo.
la vida da miedo a veces.
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